Kurisumasu Keeki: el pastel de Navidad japonés y su tradición

Japón

Por Guía de inversiones

En Japón, uno de los platos más tradicionales para la celebración de la Navidad es el Kurisumasu Keeki, un pastel navideño que con el tiempo se ha convertido en un símbolo de esta festividad. Aunque la Navidad no es una tradición religiosa fuertemente arraigada en la cultura japonesa, la celebración ha ganado popularidad con elementos occidentales, y el Kurisumasu Keeki se ha convertido en una parte fundamental de esta celebración.

A diferencia de las tradiciones occidentales, Kurisumasu Keeki tiene elementos únicos que reflejan la cultura y la historia japonesas. Cada detalle de esta tarta encierra simbolismos e historias que la hacen especial para los japoneses.

El origen del Kurisumasu Keeki

Se cree que la tradición de elaborar Kurisumasu Keeki surgió a finales de la era Meiji (1868-1912). En 1910, la pastelería Fujiya, situada en la ciudad portuaria de Yokohama, introdujo el primer "pastel navideño japonés", inspirado en los pasteles de frutas ingleses.

En 1921, tras visitar Estados Unidos para estudiar la industria pastelera, el propietario de Fujiya trajo de vuelta nuevas ideas y técnicas que influyeron en la evolución de Kurisumasu Keeki. Inspirado por la innovación y los métodos vistos en el extranjero, amplió el concepto y empezó a vender pasteles decorados con crema de mantequilla en su tienda del lujoso barrio de Ginza, en Tokio. Sin embargo, el precio de estos pasteles era elevado para la mayoría de los consumidores, debido a las dificultades económicas de Japón en la posguerra.

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La Ascensión del Pastel de Navidad en la Década de 1960

La década de 1960 marcó la prosperidad económica de Japón, lo que permitió que el pastel de Navidad fuera más asequible. Fujiya lanzó una campaña publicitaria para promocionar el nuevo estilo de pastel, con masa blanda, nata montada blanca y fresas frescas. Este marketing, combinado con el creciente poder adquisitivo de las familias japonesas, hizo que el Kurisumasu Keeki se popularizara en todo el país.

El pastel también ha pasado a representar la superación por Japón del difícil periodo bélico. Los colores predominantes del pastel, el blanco de la nata montada y el rojo de las fresas, reflejan casualmente los colores de la bandera japonesa, lo que añade un toque de patriotismo al dulce.

El Tradicional Kurisumasu Keeki

El Kurisumasu Keeki tradicional es un pastel redondo, hecho con capas de masa suave, fresas frescas y chantilly. Su apariencia es delicada y su decoración generalmente incluye figuras navideñas, como árboles, estrellas y pequeños muñecos de nieve hechos de azúcar o mazapán. La combinación de sabores suaves y frescos es parte de lo que hace que este postre sea tan apreciado en Japón.

Hoy en día, el Kurisumasu Keeki se ha establecido como una tradición navideña en Japón, y su popularidad es tan grande que en Nochebuena, el 24 de diciembre, es habitual ver enormes colas en las pastelerías, con gente ansiosa por asegurarse su pastel. Debido a la demanda, los pasteles suelen encargarse con antelación.

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La diversidad de Kurisumasu Keeki

A partir de noviembre, panaderías, grandes almacenes y confiterías de todo Japón ofrecerán sus propias versiones del Kurisumasu Keeki. Cada establecimiento aporta su propia interpretación del pastel, con variaciones que van desde el estilo tradicional con fresas y nata montada hasta creaciones más sofisticadas que incluyen chocolates y frutas exóticas.

Pastelerías famosas y chefs de renombre como Pierre Hermé y Jean-Paul Hévin llevan sus propias versiones de Kurisumasu Keeki al mercado japonés. Marcas japonesas como Sadaharu Aoki y Hironobu Tsujiguchi también tienen su propia interpretación de este postre, ofreciendo creaciones que deleitan tanto por su sabor como por su presentación.

Además, el sector del reparto se adapta a la gran demanda de estos pasteles, con un sistema organizado de toma de pedidos. De este modo, se mantiene viva la tradición de los pasteles de Navidad, atendiendo a todo tipo de público.

Evolución del Kurisumasu Keeki

Al principio, los pasteles de Navidad en Japón eran más sencillos, cubiertos de glaseado de mantequilla. Sin embargo, con el paso de los años y el crecimiento de la economía del país, la decoración y los ingredientes del Kurisumasu Keeki se hicieron más elaborados. La nata montada fresca sustituyó al glaseado, y los pasteles empezaron a decorarse con adornos que recordaban a la Navidad, como figuras de Papá Noel y renos.

Además de deliciosos, estos pasteles son verdaderas obras de arte. Pequeños y delicados, los "Kurisumasu Keeki" están decorados con tanto esmero que son comparables a esculturas, encantando tanto por su aspecto como por su sabor.

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La Belleza y Simbolismo del Kurisumasu Keeki

Además de ser un dulce delicioso, el Kurisumasu Keeki encierra un gran simbolismo. Los colores del pastel, rojo y blanco, hacen referencia a la bandera japonesa, representando la unión del espíritu navideño y el orgullo nacional. Este postre es algo más que una tradición culinaria; simboliza la superación de un país y la celebración de una fecha que, aunque originalmente no formaba parte de la cultura japonesa, ha sido adoptada y adaptada con entusiasmo para reflejar la identidad y los valores de Japón.

En las calles y tiendas de Japón, durante el mes de diciembre, el "Kurisumasu Keeki" se convierte en una atracción en sí mismo. Los escaparates de las pastelerías se transforman en verdaderos espectáculos visuales, exhibiendo pasteles bellamente decorados que captan el espíritu de la Navidad y alegran a quienes los contemplan.

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Conclusión

El Kurisumasu Keeki es un símbolo de la tradición navideña en Japón, representando la unión entre influencias occidentales y la cultura japonesa. Desde su creación a principios del siglo XX hasta su evolución a lo largo de los años, el pastel de Navidad japonés ha ganado el corazón de los japoneses, siendo una parte importante de las celebraciones de fin de año.

Hoy en día, Kurisumasu Keeki es un postre que no sólo endulza las celebraciones, sino que también es portador de una rica historia de superación e innovación, reflejo de la resistencia y el espíritu creativo del pueblo japonés.